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El poema se escribió en la transparencia
se engavetó
se lanzó a la mesa
se llenó de pliegues indecisos
borrados
alisados
y vueltos a marcar

Se pronunció sobado ante un público sordo
y aún brillaba.

Belkys Arredondo Olivo.

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Chicken Tunafish Gopher?




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PREGÓN

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¡Doy en venta mis canciones, buen señor!
Ruégole comprarme algunas.
Esta ha de conquistar su amor sincero,
hoy y siempre;
Mi buen señor, ruégole comprarlas.
¡Oh! No. No ha de comprarme nada...

¡Doy en venta mis canciones, dulce niña!
Ruégole comprarlas.
Esta le enseñará la leyenda de Lilith.
Aquella le dirá todo lo que Elena supo.
Y ésta mantendrá el oro en sus cabellos
y el azul de sus ojos;
¡Dulce niña, ruégole comprarlas!

¡Oh! No. ¡No ha de comprarlas!

Si yo tuviera mucho diero en mis manos,
jamás iría pregonando en venta mis canciones,
jamás iría ofreciendo vender mis canciones.




ADELAIDE CRAPSEY  (1878 - 1915)
Hija del famoso Reverendo Algernon S. Crapsey.  Adelaide nació el 9 de setiempre de 1878.  Tuvo buena educación tanto en los mejores colegios de Estados Unidos como en Roma, donde estudió arqueología.  Su delicada salud le impidió consagrarse a sus inclinaciones pedagógicas, aunque sí fue profesora de arte poética en uno de los mejores colegios para niñas.  La poesía de Adelaide Crapsey es frágil, de intocable belleza.

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LA PASIÓN Y EL PEZ SOLUBLE

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“La suerte de un arte está vinculada,
por una parte a la de sus medios naturales,
por otra, a la de los espíritus
que se puedan interesar y que encuentran
en él la satisfacción de una verdadera necesidad”
Paul Valery



Por el placer de creer en la poesía y confirmarla en compartir nació el taller Editorial El Pez Soluble. Cuando en un texto hay indicios de poesía, cuando tridimensiona el apreciar de lo existente, editar es una pasión. Sin ella nada dura, todo es fortuito y pasajero. La pasión no parte de ninguna carencia, es el aparato circulatorio que conjura el deseo y lo realiza. Y en su trajinar los pasionarios de este mismo sentimiento animaron el taller y lo hicieron cumplir once años de trayectoria.

El taller surgió debido a una necesidad retenida de publicar poesía. Las características de este género la apartan de la razón comercial que manejan las grandes editoriales. Así, trabajos significativos quedan engavetados con poca esperanza de verse en las librerías. El que publica poesía no espera beneficios económicos, detrás de todo hay un sentimiento de rescate, de placer y de corroboración ante algo en lo que cree. La fe por la poesía persiste, sobran de los dedos de las manos las editoriales alternativas que tratan de llenar ese vacío editorial.

En su creación fue significativo el haber formado parte del taller que en el año de 1996 dictara el poeta venezolano Juan Calzadilla en El Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos, CELARG, experiencia que despertó en sus integrantes inquietudes relacionadas con el oficio de escribir; también lo fue el compartir con personas que como yo reafirmaban bajo los ojos del poeta conductor el amor por la palabra en el intento de testimoniar percepciones a través de la escritura del poema.
Se dieron una serie de conjunciones con los integrantes y con los que después quisieron formar parte del taller y por ende del grupo. Después de su término continuamos escribiendo y leyéndonos, seguimos compartiendo lecturas de poetas que nos motivaran. A veces invitábamos a algunos para intercambiar formas de trabajo. Nutritivos fueron los encuentros. Siempre entre nosotros el deseo de publicar los trabajos que ya habían tenido el cuestionamiento y el reposo necesario.

En el 98 propuse a mis compañeros la creación de una editorial, todos aplaudieron la idea. Empecé a trabajar en el diseño, el que pudiera merecer la poesía que queríamos entregar. Concebí la plaquette como una publicación objeto, elaborada con materiales de primera calidad, cien unidades numeradas, firmadas por su autor y además cada una con un objeto elaborado bajo la tutela del autor para complementar la expresión conjunta. Sacaríamos 12, la venta de ellas contribuiría a la publicación de otras que esperaban ser publicadas. Haríamos una publicación completamente artesanal entregada como lo que queríamos que fuera, una obra de arte.

Y así se empezó a realizar el acopio del material, las discusiones posibles sobre el hecho de conformar cada una de las ediciones. Paralelo al trabajo se iniciaba en ese entonces, la tradicional Feria del Libro en el “Palacio de las Industrias” y decidimos participar en ella presentando las plaquettes con la editorial ya registrada que llevaba el nombre de TALLER EDITORIAL EL PEZ SOLUBLE.

La participación en la feria fue exitosa. Vendimos casi todo. La recepción fue generalizada, de ese primer contacto con el público salimos realmente satisfechos y con muchas ganas de continuar. Al inicio del año siguiente, en el año 2000, el Centro Nacional del Libro (CENAL) nos entregó el premio Excelencia Editorial según sus palabras “por el desvelo de construir libros de una calidad artesanal, la selección de valiosos autores noveles, la exaltación del universo poético y la originalidad en la presentación de las obras en un voluntarioso impulso para una editorial insurgente”.

Creo importante nombrar la participación del CELARG tan generosa y determinante en lo que siguieron siendo nuestros encuentros. El grupo que había decidido llamarse Tokonoma tenía intercambios aún más enriquecidos. Seguimos publicando, entre cinco o seis plaquettes cada año siempre con ellas el trabajo de un poeta invitado de larga trayectoria.
Por variadas razones los encuentros cesaron pero igual El Taller Editorial El Pez Soluble siguió editando sus plaquettes cada año. Hasta el presente llevamos publicadas setenta y ocho plaquettes y ocho libros de puro material poético.

El taller Editorial El Pez Soluble reafirma y concreta el proyecto inicial que fue el de promover, editar y difundir poesía urbana a fin de establecer un vínculo de raíz individual, de proyección social con los lectores rescatando la poesía viva. Nuestra apuesta, por ello, intenta dar respuestas al signo de una época caracterizada por la inestabilidad de modelos y valores. Editar poesía y dar cabida a los nuevos creadores de nuestra ciudad no sólo es avizorar un futuro, sino plantear en este presente interrogantes de todos los tiempos.

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LOS PAREDONES DE PRIMAVERA

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No enseñaré a mi hijo a trabajar la tierra
ni a oler la espiga
ni a cantar los himnos.
Sabrá que no hay arroyos cristalinos
ni agua clara que beber.
Su mundo será de aguaceros infernales
y planicies oscuras.

De gritos y gemidos
de sequedad en los ojos y la garganta
de martirizados cuerpos que no podrán verlo ni oírlo.

Sabrá que no es bueno oír las voces de quienes exaltan el color del cielo.
Lo llevaré a Hiroshima.  A Seveso.  A Dachau.
Su piel caerá pedazo a pedazo frente al horror
y escuchará con pena el pájaro que canta,
la risa de los soldados
los escuadrones de la muerte
los paredones en primavera.

Tendrá la memoria que no tuvimos
y creerá en la violencia
de los que no creen en nada.

MIYO VESTRINI nació en Francia en 1938 como Marie-Jose Fauvelles y emigró siendo niña a Venezuela, con su madre, el segundo marido de ésta, el escultor italiano Vestrini, y su hermana mayor.  El desgarro entre la cultura latinoamericana y la francesa aparece en su obra de la mano siempre de la ríspida voz materna, cuya idiosincrasia “Marie Claire” pronto se transforma en lo más repudiado por la joven escritora.
Desde muy joven se dedicó al periodismo cultural, y en los años sesenta formó parte del grupo Apocalipsis de Maracaibo, el Techo de la Ballena y la República del Este, entre otros. Dirigió la página de arte del diario El Nacional y también la revista Criticarte. Mereció en dos oportunidades el Premio de Periodismo (1967 y 1979). Más tarde trabajó como guionista en la fuerte industria televisiva de Venezuela.
Era una magistral entrevistadora. Bajo esa modalidad escribió un libro sobre el fecundo escritor Salvador Garmendia, uno de sus más próximos y viejos amigos. Salvador Garmendia, pasillo de por medio (1994) es al mismo tiempo una suerte de compleja autobiografía que editó póstumamente Grijalbo.  Publicó también Las historias de Giovanna (1971), El invierno próximo (1975) y Pocas virtudes (1986), tres poemarios que la colocaron entre las voces incuestionables de Venezuela.
Al suicidarse en 1991, dejó inéditos dos libros, Valiente ciudadano (poesía) y Ordenes al corazón (cuentos cuya segunda edición acaba de publicar Blanca Pantin Editora). Ambos libros expresan en dos registros formales distintos las mismas dolorosas vivencias. Fue una mujer intensa y directa, y así es su poesía, una experiencia tensa y casi explosiva.  Si su poética tiene un importante sesgo narrativo, su prosa es densa y magnífica, se mueve en varios niveles conflictivos, y su clave, polifónica, hay que buscarla en la poesía. De manera que ambos géneros se bordean o, como espejos, reflejan el mismo carácter despojado y agreste, la misma lúcida y audaz escritura, la misma biografía cargada de dolor, dolor que la autora aborda con, a veces, ríspida ironía. “Lenguaje directo, descarnado, alejado con intención de toda metáfora: economía de palabras que muchas veces puede proporcionarle al texto una gran dosis de cinismo”, afirma Silda Cordiolani, al prologar sus cuentos.

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Tres poemas de Josefa Parra

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Has cambiado otra vez el curso de los ríos

y has hecho trasladarse todas las cordilleras


con sólo la mirada de tus ojos de escarcha


y el roce de tus dedos sobre los mapamundis.


Señor de los amores y de la geografía,


grandísimo truhán y Todopoderoso


inconsciente, ahora tienes que rescribir los libros


y en mi cuerpo desnudo


es tu deber marcar de nuevo las fronteras.



De "Geografía carnal













Poemas prohibidos II




Lo innominado


Lo sabíamos ambos,


por eso era superfluo repetirlo -también eso sabíamos-,


aunque a veces la noche se encarnizara en darnos


las palabras más bellas, por si acaso crecían.


Esas veces que faltaba un mal minuto


para que hubiese chispas rodando por el suelo,


y había que apartar los ojos, y amarrarse


los lazos casi sueltos de la triste cordura.


Porque también sabíamos que era cosa de locos,


desvarío extremado (aunque, sí, delicioso)


y que era necesario extirparlo de golpe,


o sacarle los ojos, o cortarle las manos,


para que no saliese


a la luz y mostrase


su inocencia perfecta, que no iba a entender nadie.






De "Elogio a la mala yerba" 1996

********




No es amor, no es amor...



No es amor, no es amor


el estremecimiento que me ofreces,


la dependencia dócil del deseo,


no es amor.


La piel de transparente se hace alma


que el sudor cristaliza, puramente


transfigurada; pero es sólo el tiempo


que tarda ese tirano de tu cuerpo


en hacerse notar en estampida.


No es amor, lo conozco; yo no sé


qué cosa sea, pero no es amor.

 


De "Alcoba del agua" 2002


Josefa Parra es una poeta nacida en Jerez de la Frontera (Cádiz, España) en 1965. Es licenciaciada en Filología Hispánica1 y ha sido galardonada con el Premio Internacional de Poesía Loewe a la Creación Joven en 1995 -por el libro Elogio a la mala yerba-, el Premio Internacional de Poesía La Porte des Poètes, (París 1999), el Accésit del Premio de Poesía Luis Cernuda (Sevilla, 2000) y el Premio de Poesía Unicaja 2006 por su libro La hora azul.

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Dos poemas de Ruth Vidaurre

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No soy la única que palpa laberintos en el agua
ya lo sé
conozco lo intangible de sus rostros intactos
voces que sin conocerme responden
y se inclinan con la reticencia de una siembra herida

Mientras mi sien convierte en canto
esa palabra
que dejé entre las hojas
cuando fui verano
cuando fui vientre de tiempo en las cigarras

.....

Los caminos del silencio
Desatan algarabías de silencios
En mis caminos

Creen que no los escucho
Me imaginan abstraída en el próximo poema
Tratando de restañar la última herida voraz
O aquietando pies de grietas abiertas ….en caminos ripios


Y … se tornan osados los corderos: exigen sus lanillas
Argumentando la pequeñez de sus primaveras

Exigen ubre y miel…
Aún a los riachuelos que alimentan las colinas
Con sus balidos de cristal

Las tejedoras abren sus telares …. Y les asombran los colores,
Las texturas, las lecturas de sus leyendas

Sus intercambios de cobijos y paisajes….
Les hacen llorar desde el nombre de su propia estrella

Y se restaña el festín
Y se encienden los velones

Un niño no nacido me insta guirnalda en mano

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LXIV

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Las palabras dicen adiós. Una manada entre las
°°° patas revuelve esa palabra.
Rumia un cuchillo.
Los amantes se abrazan contra el frío, locos de adiós
°°° se anudan.
Y aunque digan “borneo”, “buena suerte”, están
°°° diciendo adiós.

Pero si las palabras dicen todas lo mismo,
°°° ¿qué dice esa palabra?
El tiempo vigilante escucha ese sonido.
Desbandada de bestias y una nube de polvo entre
°°° sus patas.
Nacemos para decir adiós.


Jorge Boccanera. PALMA REAL

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Los dulces

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.


Son dulces los dulces
cuando los comes
dulcemente

en esta dulce vida



Michel Camarillo. (diez años)

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a diez años de la VAGUADA

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expuestos a los ojos de todos
los restos delatan

en el ataúd seco
cada pie hunde un poco de nosotros

palabras sin escaparate
gimen en la frescura del viento

cruje el corazón blandamente
mientras alguien reza culpas inventadas
y un perro orina

la lepra de la soledad
vive bajo estas piedras
y un centinela
verifica segundo a segundo
donde van a morir las mariposas

escucha
hay una sombra que todo lo cubre a plena luz
una pavura de sonidos oxidados
una carga de esencias descompuestas

hay un estampido de madera fresca en la marea
un grito pegajoso sin reposo

aquí
se desnuda en la sal y la gaviota
la palabra que nunca bastará
donde el agua atropella
y la llama es estéril

donde el dolor del hombre vencido
seca la gracia de las aguas
que bajó de la montaña



Belkys Arredondo Olivo

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NADA SAGRADO

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N.Y. (marzo, 2009)


texto zen


Cuando tenía veintiocho años estudió caligrafía china y poesía. Se volvió tan hábil en estas artes que su maestro lo elogió. Kitano pensó: "Si no paro ahora, seré un poeta, y no un maestro Zen"
De manera que nunca escribió otro poema.

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diecisiete

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piedra y hoja। Bogotá,2008.


En la escalera de arena no estuve sola, peldaños arriba sonreías.

No es fácil, me dije, mantenerme.

No es fácil atrapar un picaflor y saber si palpita.
No lo es abrir la mano y que vuele.

No es fácil sostenerme en el banco de arena mientras adentro silba el viento.

Tan ligero estás arriba con ojos mansos.

ncavo, 2005

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Dos poemas de la oración Lajá Dodí

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New York, 2008। Belkys Arredondo Olivo.



1
¿Qué hace la ciudad de la infancia?
Se eleva a sí misma y vuela
y nos deja a nosotros
Como desnudos, como pelados.

¿Qué hace un lugar?
Un lugar se va a otro lugar.
¿Qué hace el tiempo?
El tiempo se va a otro tiempo.

2
Ésta es una puerta sin muralla
ésta es una muralla sin puerta.
Esto es un recuerdo que nunca podrá
volver a amar lo recordado,
no lo abrazará, no susurrará con él,
no lo verá.

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El nombre de un lugar, Trieste

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Jerusalem,2004. Belkys Arredondo Olivo

Me senté en un café de San Francisco
El hombre de la máscara de asesino
era blando por dentro como el vientre de su víctima.

El nombre del lugar, Trieste,
como el nombre de la ciudad portuaria de donde salió mi barco hacia Palestina.
Allí fui como un clavo joven y nuevo,
desde allí me golpearon como con un martillo
a través de todo el Mediterráneo
hacia Palestina.

Nada desaparece del mundo:
lo que eran tres mástiles en el barco
Ahora son tres suspiros hacia dentro, hacia mi interior.

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...

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Enrique Espinola

Cuando tinta y papel se unen, una hoja en blanco puede hablar. La palma y los juncos deben tejerse antes de ser utilizados como esteras. Si no estuvieran entrelazados los levantaría el viento. Así, Dios pareó a las criaturas y les concedió la amistad

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51

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................................Epitafio

No abusar de palabras
no prestarle
demasiada atención.
Fue simplemente que la cosa se acabó.
¿Yo me acabé?
Una fuerza
una pasión honesta y unas ganas
unas vulgares ganas
de seguir.
Fue simplemente eso.
...............................(1964)

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Reencarnación de los carniceros

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Y vi que los carniceros al tercer día,
al tercer día de la tercera noche,
comenzaban a florecer en los cementerios
como brumosos lirios o como líquenes.

Y vi que los carniceros al tercer día,
llenos de tordos que eran ellos mismos,
volaban persiguiéndose, persiguiéndose,
constelados de azufres fosforescentes.

Y vi que los carniceros al tercer día,
rojos como una sangre avergonzada,
jugaban con siete dados hechos de fuego,
pétreos como los dientes del silencio.

Y vi que los perdedores al tercer día,
se reencarnaban en toros, cerdos o carneros
y vegetaban como animales en la tierra
para ser carne de las carnicerías.

Y vi que los carniceros al tercer día,
se están matando entre ellos perpetuamente.
Tened cuidado, señores los carniceros,
con los terceros días de las terceras noches.

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Balada de Hans y Jenny

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Verdaderamente, nunca fue tan claro el amor como cuando Hans Christian Andersen amó a Jenny Lind, el Ruiseñor de Suecia.


Hans y Jenny eran soñadores y hermosos, y su amor compartían como dos colegiales comparten sus almendras.


Amar a Jenny era como ir comiéndose una manzana bajo la lluvia. Era estar en el campo y descubrir que hoy amanecieron maduras las cerezas.


Hans solía contarle fantásticas historias del tiempo en que los témpanos eran los grandes osos del mar. Y cuando venía la primavera, él le cubría con silvestres tusílagos las trenzas.


La mirada de Jenny poblaba de dominicales colores el paisaje. Bien pudo Jenny Lind haber nacido en una caja de acuarelas.


Hans tenía una caja de música en el corazón, y una pipa de espuma que Jenny le diera.


A veces los dos salían de viaje por rumbos distintos. Pero seguían amándose en el encuentro de las cosas menudas de la tierra.


Por ejemplo, Hans reconocía y amaba a Jenny en la transparencia de las fuentes y en la mirada de los niños y en las hojas secas.


Jenny reconocía y amaba a Hans en las barbas de los mendigos y en el perfume del pan tierno y en las más humildes monedas.


Porque el amor de Hans y Jenny era íntimo y dulce como el primer día de invierno en la escuela.Jenny cantaba las antiguas baladas nórdicas con infinita tristeza.


Una vez la escucharon unos estudiantes americanos, y por la noche todos lloraron de ternura sobre un mapa de Suecia.



Y es que cuando Jenny cantaba, era el amor de Hans lo que cantaba en ella.



Una vez hizo Hans un largo viaje y a los cinco años estuvo de vuelta. Y fue a ver a Jenny y la encontró sentada, juntas las manos, en la actitud tranquila de una muchacha ciega.


Jenny estaba casada y tenía dos niños sencillamente hermosos como ella.


Pero Hans siguió amándola hasta la muerte, en su pipa de espuma y en la llegada del otoño y en el color de las frambuesas.


Y siguió Jenny amando a Hans en los ojos de los mendigos y en las más humildes monedas.
Porque verdaderamente, nunca fue tan hermoso el amor como cuando Hans Christian Andersen amó a Jenny Lind, el Ruiseñor de Suecia.

Aquiles Nazoa (*Caracas, 17 de mayo de 1920 –† entre Caracas y Valencia, 25 de abril de 1976) fue un escritor, periodista, poeta y humorista venezolano. Hijo de Rafael Nazoa y Micaela González y hermano del también poeta Anibal Nazoa. En su obra se expresan los valores de la cultura popular venezolana. Luego de ejercer varios oficios comenzó a trabajar en el diario El Universal como empaquetador. Después fue corrector de pruebas y paralelamente empezó a estudiar francés e inglés, lo que le permitió ser guía de turistas en el Museo de Bellas Artes. Fue corresponsal de El Universal en Puerto Cabello. Estuvo bajo arresto en 1940 por "difamación e injuria" al criticar a las autoridades del Municipio. Trabajó en Radio Tropical, tuvo una columna en El Universal titulada “Punta de lanza”, y fue reportero del diario Últimas Noticias. Colaboró en el semanario El Morrocoy Azul y en el diario El Nacional, fue director del Verbo Democratico publicación de Puerto Cabello; fundo organos jocosos como "La Pava Macha", "El Tocador de Señoras" y otros mas. Escribió para la revista Sábado de Colombia y vivió un año en Cuba donde fue director de "Zig-Zag". En 1945, asumió la dirección de la revista Fantoches. En 1956 fue expulsado del país por el régimen de Marcos Pérez Jiménez, pero regresó en 1958. Un poema suyo, "Polo Doliente" fue musicalizado por José Seves del grupo chileno "Inti Illimani". Nazoa obtuvo el Premio Nacional de Periodismo en la especialidad de escritores humorísticos y costumbristas en 1948. También recibió en 1967 el Premio Municipal de Literatura del Distrito federal, Premio al mejor libro publicado. Muere en un accidente automovilístico entre Caracas y Valencia el 25 de abril de 1976.

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Vigilia de pájaros y árboles para Eugenio Montejo

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¿Por qué no he de celebrar tu novenario con una vigilia de pájaros y árboles? ¿O con un alfabeto para que me deletrees, letra por letra, la pesadumbre del mundo? Ahora que has devuelto a tus dioses profundos, a Manoa; ahora que te embocaste por siempre en la casa y vas por sus cuartos y retumba tu voz infinita en las paredes y me devuelve un eco que se parece a mí, ¿por qué no he de celebrar tu novenario con una vigilia de pájaros y arboles, Eugenio?¿Por qué no he de celebrar tu novenario con un paisaje con fondo de llanura y un caballo desbocado que ha tirado a Dios y le ha dado coces hasta dejarlo casi muerto? ¿Por qué?Si aquí se quedaron tus valijas, el sol, aquel caballo, un Dios maltrecho y renqueante, casi inválido, las hojas de los plátanos sobre las cuales escribiste la vida, la vida misma y plural que te anochecía en el canto de los gallos. Me basta una mesa, una vela, cuatro amigos, mi mujer, un vaso de agua, alguien más que ayude en la liturgia, un manojo de astromelias moradas, una cigarra melancólica, una nube, para ofrendar por tu alma.
Por tu alma que ya atravesó los bosques de tu antigua casa y oyó leve una música de muertos, bebió café y salió para Manoa camino a Islandia. ¿Por qué no he de celebrar tu novenario con un ritual de pájaros y arboles? ¿Y un gallo que se oiga más allá del mundo? Un gallo que profane con su canto melancólico de mediodía el sortilegio de tantas ciudades infieles. En esta tarde de tu novenario haré bajar sobre nosotros tu espíritu de árbol y de pájaro. De pájaro con unas alas grandes para el vuelo y el canto. De árbol que creció sin parar con otros árboles al fondo y un caballo que daba patadas a Dios para oírlo gemir de tristeza y pesadumbre sin importarle su naturaleza divina, su cara de niño acongojado. ¿Por qué no he de celebrar tu novenario en esta calle larga y podrida de soledad en el estío?
En esta calle mía que no lleva a ninguna Ítaca sino a ti; en esta calle que habita mi madre, mis hermanos, mis brujas de la infancia, mis ciclopes y lestrigones de trapo y sombras movidas por la luna a medianoche.
Aquí, para que mis vecinos lo vean y me pregunten, levantaré el altar. Despertaré la luz de su siesta para que alumbre a prima noche tu alma y vaya con ella hasta encontrar al alba el humo del café, el gallo de la madrugada, intempestivas voces de olvidados amantes, la lucha contra el tiempo. Si me preguntan por tu muerte mi madre, mis cuatro amigos, ese alguien de más que me acompañe en la liturgia, les diré que moriste de agua cruzando el río de los tigres y pantanos de Manoa. Lejos, muy lejos de las caóticas calles Marx y Freud; más distante aún de la calle Stalin.
¿Por qué no he de celebrar bebiendo con los muertos un trago esta tarde de tu novenario? ¿Por qué, si ahora estás solo, cubierto de apiladas capas de vacío? ¿Por qué no celebrar con una gota de luz, con una gota de verde? ¿Por qué no celebrar tu novenario en esta tierra? ¿Por qué? ¡Si lo que fue en vida en ti no cesará de celebrarse!

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Poesía y pensamiento

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Pere Salinas. 2003. Geografía del silencio. Barcelona, España



La pregunta por la relación entre poesía y pensamiento ha llegado a ser uno de los tópicos de los encuentros poéticos. Aparentemente, el tema da para mucho, pero una termina preguntándose si no será ésta otra de tantas falsas dicotomías que se inventan, al nombrarlas, para poder hablar de algo, que de eso, al fin y al cabo, se trata.
Obtuve la respuesta de repente, mientras leía el Fiat umbra (Pre-Textos) de Isabel Escudero cuando, al darme cuenta de que levantaba los ojos del libro y me quedaba con la mirada perdida después de la lectura de uno de sus fragmentos, recordé un ejemplo que ponía Miguel Palacios en sus clases de Ética: el que lee filosofía, decía, levanta a menudo la cabeza, como hace un pájaro al beber. Así, lo leído se filtra, como el agua en la garganta del pájaro, y se asienta en el entendimiento. Pues bien, tomé conciencia, en ese instante, de que no estaba leyendo un ensayo sino unos poemas y que, sin embargo, hacía el mismo gesto; la misma necesidad había de dejar que el agua se filtrase y hallase su camino hacia el núcleo. Si, pues, para beber el verso hay que levantar la cabeza, ¿qué diferencia existía entre el poema y el pensamiento?
No obstante, fiel al principio de sospecha, volví a la pregunta: ¿era realmente el mismo gesto? ¿Acaso no había, en la recepción de un buen poema, además del placer del entendimiento, un cierto paladeo? Ciertamente, el verso se "saborea". Y esto, el sabor, al que los filósofos de la India llamaban rasa, es algo que viene dado por la buena elaboración, por la sabia combinación de los ingredientes. No otra cosa es la poíesis.
Pero si bien la poíesis es el arte de hacer poemas, el poema no es la poesía. El poema es algo más. Nos abre una ventana, a veces pequeña, a veces grande, sobre el mundo. Nos cuenta algo que, sin saber, sabíamos, y que reconocemos. El poema es una evidencia que nos asombra. Derrida lo comparaba con un erizo. Lo encontramos indefenso, hecho una bola en la autopista, y nos dan ganas de cogerlo, de protegerlo porque allí, muy a ras de suelo, murmura, dice algo muy bajito. Algo importante. Pero sin aspavientos. Y repetimos lo que murmura, nos lo aprendemos de memoria (par coeur) y el corazón, entonces, el corazón que no había, se hace.
Este hacerse el corazón no es cosa de artificio. Es tiempo de deponer las ansias, los poetas, y estar atentos. Caracol, mejor que erizo, el poema -y el poeta- es la más humilde de las criaturas. Indefenso pero ligero, lleva consigo su casa, su morada; la construye con su propia saliva a medida que va creciendo. Así ha de ser el poeta para los tiempos que vienen. Humilde, anónimo si pudiera. Porque lo que dice, lo dice para todos y es en boca de todos cuando halla cumplimiento.
Vuelvo al Fiat umbra. A medio camino entre el haiku y la sentencia popular o la métrica breve castellana, estos "farolillos" expanden su luz en mi penumbra. Brevemente, a modo de estampas para la imaginación o para la inteligencia, permitiendo ese sesgo de la mente que tanto abreva. Sirvan de ejemplo para lo dicho. Beber un sorbo y levantar la cabeza. Como el pájaro.
-
Chantal Maillard (Bruselas, 1951), premio Nacional de Poesía en 2004, ha publicado recientemente Hilos (Tusquets, 2007, Premio de la Crítica 2008) y, en colaboración con Óscar Pujol, Rasa: el placer estético en la tradición india (José J. de Olañeta, 2007).

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En otro cuerpo (Eugenio Montejo, Venezuela)

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Artista: Pere Salinas. 2001.
LA CIUDAD DESTRUIDA

[10]La ciudad fortificada es desolación,
morada dejada, abandonada como un desierto.
Allí pastará el novillo,
allí sesteará y destruirá sus frondas.
[11]Al secarse, se romperá su ramaje;
vendrán las mujeres y lo quemarán.
Porque no es un pueblo inteligente,
por eso su hacedor no le tendrá compasión,
y su creador no le concederá gracia.

[12]Sucederá aquel día:
Yahveh majará desde el álveo del Río
hasta el torrente de Egipto,
y vosostros sereís cosechados
uno por uno, hijos de Israel.
[13]Sucederá aquel día:
se tocará la trompeta gigante,
y vendrán los perdidos en tierra de Asiria
y los dispersos en tierra de Egipto,
y adorarán a Yahveh en el monte santo, en Jerusalem.
Apocalipsis de Isaías. La Biblia.

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Bésale las piernas a la poesía

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bésale las piernas a la poesía
aunque diga que no /que aquí nos pueden ver
bésale las palabras hurga su lengua/ hasta
que abra los brazos y diga¡Santo Dios!
o hasta que santodios abra los brazos de escándalo
bésale a la poesía ...a la loba
aunque diga que no ...que hay mucha gente ...que aquí
nos pueden ver/ bésale las piernas las palabras
hasta que no dé más ...hasta que pida más ...hasta que cante.

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El olvido

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Miro la estantería que guarda libros de poemas, a ver qué me dice y abre aquí el libro de 65 poemas recuperados de Kavafis, leo:



.............Encerradas en un invernadero,
bajo el cristal, las flores olvidan
.............que la luz del sol existe

y cómo temblaban bajo el rocío.







fotos: Regreso de Puerto Píritu(2008)

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Elección

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No sabemos
porqué hemos escogido este naufragio
que poder interior determina el deseo.

Un estampado y otro
¿Dónde está la sutil diferencia?

Un río y otro río
El dilema en un lecho de pasión y de muerte.

Amores que se ocultan,
irredentos, detrás de la mirada,
hogueras intangibles que no calentarán las palmas de las manos.

Un seno y otro seno, y casi en medio, el corazón, tan solo.

Carmen Plaza.


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La infancia reversible

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Oscuro olor de pan
traía la alacena
o era morena la costra de pan
que relucía al amanecer
su mágica existencia
o era invisible la mano que tanteaba
el goce del aroma encerrado
como en sagrado texto
o era en fin la oscuridad
de no saber
que éramos tan felices
en medio del esplendor
tan inermes y translúcidos
en puntillas llevados
en tanta oscuridad
por todo el esplendor que había
en tanta absoluta
oscuridad

Porque la oscuridad no es más
que el instante de espera
del esplendor.

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La respuesta

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....¿Qué querías? Siempre lo has sabido: el tiempo está hecho de arena.

....¿Qué podías creer? Después de todo, posiblemente terminemos haciendo lo que todo el mundo. Pero tú… ¡Ah, sí...! querías preguntar qué quedó.

....Después de tanto y tanto, después de lo que diste y te quitaste, de lo umbrío y lo cóncavo, de lo que enfrentaste a la luz y a los espejos, preguntar qué quedó.

....Pero algo sí pervivió. ¡Acuérdate! recuerda aquella playa, las tumbonas y las sombrillas, cuando la arena no era el tiempo. Alguien que te esperaba, que te está esperando todavía. Un pintalabios, una humedad, aquellos roces que nunca explicaron por qué nadábamos siempre en direcciones distintas.

....Si pudiéramos —te atrevías a decir—, para concluir siempre con ese terco “es demasiado pronto”.

....Déjalo —te contestaba—, los árboles esperan, siempre esperan. Los árboles son la espera. Pero tú, por favor, no dejes que el frío me venza otra noche.

....Cuando únicamente resta actuar, inútilmente quisieras dar un solo paso, caminar inseguro, al fin, frente a un atardecer sin auspicios.

....Pero, tal vez, aún desees, después de todo, una respuesta. Sólo se me ocurre decir que quizá únicamente quedó una cosa: esto que ahora no somos.
....
Thiago Villén

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http://feria.mineria.unam.mx/actcult06.html

k



http://feria.mineria.unam.mx/

. Estaré ausente unos 16 días. Me invitaron a la Feria del Libro del Palacio de Minerías. Leeré poemas y en otro momento expondré sobre cómo surge una editorial alternativa. Me encanta viajar. Salir del espesor de la cotidianidad que creemos aprendida. Mirar mi ciudad desde lejos para entenderla un poco.

.
Es un agradable ejercicio el leer las blogs e ir armando una. Pañuelos para todos los constantes y hasta pronto.






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