La infancia reversible

| |




Oscuro olor de pan
traía la alacena
o era morena la costra de pan
que relucía al amanecer
su mágica existencia
o era invisible la mano que tanteaba
el goce del aroma encerrado
como en sagrado texto
o era en fin la oscuridad
de no saber
que éramos tan felices
en medio del esplendor
tan inermes y translúcidos
en puntillas llevados
en tanta oscuridad
por todo el esplendor que había
en tanta absoluta
oscuridad

Porque la oscuridad no es más
que el instante de espera
del esplendor.

8 comentarios:

Carlos Eduardo Fuenmayor dijo...

Bonito poema
***************
UN FUERTE ABRAZO

Anónimo dijo...

Hello. This post is likeable, and your blog is very interesting, congratulations :-). I will add in my blogroll =). If possible gives a last there on my blog, it is about the DVD e CD, I hope you enjoy. The address is http://dvd-e-cd.blogspot.com. A hug.

Atrabiliario dijo...

Me ha gustado este poema. La idea de que la oscuridad es el momento previo a un esplendor es hermosa. El pan en la puerta del horno. Gracias.
G.

La Gata Insomne dijo...

Qué bello, tanto que me convenció de que la infancia es reversible
el pan siempre es infancia, reunión y una felicidad instalada de la que no somos conscientes, pero con el olor del pan oscuro vuelve.

Besos

Ruth Hernández Boscán dijo...

y tu uno de esos pequeños seres que brillan siempre

te abrazo

gracias
gracias
gracias

BAO dijo...

¡qué alegría me dan cuando vienen!

edgar vidaurre dijo...

Gracias por ese poema querida Belkis... yo también a veces me acuerdo que esperamos desde la oscuridad, la llegada cierta de la luz... y además también creo que vivimos, amamos y caminamos hacia el retorno de la pureza... de esa siempre reversible niñez

Beatriz Alicia García Naranjo dijo...

Querida Belkys, después de varias semanas regreso a la red y me encuentro el bello poema de Márgara en tus biombos. JUstamente acabo de postear en el mío un comentario que empieza diciendo lo mucho que la oscuridad me produce reticencias. Pero ese bellísimo final del poema de Márgara parece una respuesta que dialoga con mi temor, le da otra luz. Qué bien! Cariños

.